Dios y es responsable ante él. Pero detenernos allí sería demasiado simplista. La Biblia también reconoce que nosotros podemos provocar a otros a ira: • “La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor” (Proverbios 15:1). Tu respuesta puede despertar o apaciguar la ira en tu hijo. • “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos...” (Efesios 6:4). Este mandamiento da por sentado que hay cosas que los padres (¡y las madres!) hacen que frustran y provocan a sus
Page 7